Aunque todavía es prematuro estimar el interés de los participantes del mercado hacia el comercio de crudo en yuanes, el Gobierno chino espera que el uso de su moneda nacional aumente la influencia de China, amplíe la presencia de su divisa en el mundo y también disminuya la dependencia de los flujos financieros valorados en dólares de EEUU.
La transición hacia los yuanes supondría también una ventaja para Rusia —el principal suministrador de petróleo a China, con contratos firmados para años próximos— e Irán, también un socio importante. Para ambos países, sometidos a restricciones económicas de Occidente, decir adiós al dólar ayudaría a aliviar el efecto de las sanciones, valora el periodista.
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Mientras tanto, por el momento "parece que este tipo de comercio se limitará al mercado chino" sin alcanzar un estatus realmente global, considera el autor. Pero este aumento de influencia llegará lejos en Eurasia en el marco de la iniciativa China 'Un cinturón, una ruta', admite.
El mencionado aspecto político parece tener aún más importancia que el componente económico. La posibilidad de comerciar con petroyuanes desafía al dominio estadounidense reduciendo la importancia de petrodólar —uno de los elementos fundamentales del poder geopolítico de Estados Unidos—.
El abandono gradual de la moneda estadounidense puede considerarse como un paso hacia el así llamado 'mundo sin Occidente', afirma el autor. En este contexto, los países en desarrollo tratan de crear alternativas a distintas instituciones dominadas por los países occidentales, privándolos de su histórica influencia en los asuntos mundiales.
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