Las cataratas del Niágara se convierten en un cuento de hielo estos días

Las temperaturas mínimas de récord que han golpeado el este de Estados Unidos durante las primeras semanas de enero han hecho que las cataratas del Niágara, que ocupan parte del estado de Nueva York y la provincia de Ontario (Canadá), queden parcialmente congeladas.

Las temperaturas han alcanzado los -12°C.

Las cataratas en sí no han llegado a congelarse del todo, pero los regueros de agua congelados que recorren las paredes del acantilado las han adornado de forma única.

Miles de turistas se han acercado estos días hasta ellas para admirar su belleza y han soportado estoicamente las temperaturas más bajas de los últimos 57 años.

Lo más probable es que así fuese el aspecto del invierno en Narnia.

La nieve acumulada a los lados de las corrientes del agua de las cataratas es una de las instantáneas más bonitas.

Las cataratas del Niágara las forman tres grandes cascadas: la Canadiense, la Estadounidense y la llamada Velo de Novia. La más grande, la Canadiense —también conocida como Horseshoe—, está justo en la frontera entre Estados Unidos y Canadá.

Los turistas disfrutan de las cataratas del Niágara congeladas.

La segunda catarata más grande es la Estadounidense y la más pequeña, Velo de Novia o 'Bridal Veil'.

El frío de récord ha hecho que pareciese que parte de las cataratas se congelase en el aire.

El blanco de la nieve que cubre las cataratas contrasta con el azul del cielo.

Los enormes bloques de hielo se precipitan al agua y forman remolinos o se convierten en glaciares que alcanzan la altura de un edificio de 10 plantas.