La izquierda latinoamericana frente a destitución de Castillo: una reacción carente de unanimidad
La izquierda latinoamericana frente a destitución de Castillo: una reacción carente de unanimidad
Sputnik Mundo
Tras la abrupta caída de Pedro Castillo, hoy expresidente de Perú, los Gobiernos de izquierda de la región —México, Argentina, Bolivia y Colombia— emitieron un... 14.12.2022, Sputnik Mundo
2022-12-14T22:01+0000
2022-12-14T22:01+0000
2022-12-28T09:39+0000
américa latina
pedro castillo
perú
méxico
argentina
bolivia
💬 opinión y análisis
📰 crisis política en perú tras la destitución de castillo
A su vez, Chile, al darse a conocer la noticia, se limitó con "un llamado enfático a que se respeten los derechos humanos y las libertades fundamentales", sin comentar en sí la situación en el Perú. Por su parte, el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que "siempre hay que lamentar que un presidente elegido democráticamente tenga ese destino", pero que entiende "que todo caminó dentro de los moldes constitucionales".Para entender la postura de los líderes latinoamericanos, Sputnik conversó con Javier Gámez Chávez, doctor en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), especialista en geopolítica e historia política de América Latina. Así como con Óscar Vidarte Arévalo, internacionalista y profesor asociado de la Pontificia Universidad Católica del Perú.Xiomara Castro y López Obrador, una historia similar con CastilloPara Gámez Chávez, los posicionamientos de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, y de Xiomara Castro, presidenta de Honduras, quien fue la única que calificó lo sucedido como un golpe de Estado, fueron los más directos debido a la historia política reciente de estos dos países, así como por su conocimiento del proceso en el Perú.En el caso particular de Honduras, Gámez Chávez recordó que Xiomara Castro llegó al poder en 2022 tras un proceso muy complicado, que se remonta al golpe de Estado en contra del esposo de la mandataria, el expresidente Manuel Zelaya, perpetrado en junio de 2009 y que sumió al país centroamericano en una profunda crisis institucional. "Conocen esa oposición de derecha que utiliza todo lo que les puede dar el poder económico, pero también los medios de comunicación", reflexionó.En cuanto al mandatario mexicano, el doctor en Historia detalló que este también ha sido víctima de esos procesos, en referencia al desafuero de 2005, cuando Andrés Manuel López Obrador fungía como jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, capital del país latinoamericano, y fue acusado de abuso de autoridad y de violar un amparo. Por esa razón, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) pidió el desafuero del tabasqueño para poder procesarlo penalmente.Pero la capacidad política de López Obrador, aseguró Gámez, radica en la acumulación de fuerzas, no solo de izquierda, porque se trata de un Gobierno muy plural, que tiene la capacidad de movilizar, y la marcha del 27 de noviembre que unió más de un millón de personas demostró eso. "Yo quiero ver que Boric u otros de los presidentes de América Latina puedan realizar ese tipo de manifestaciones políticas", comentó.En ese sentido, Gámez aseguró que tanto Castro como López, respecto a la situación en el Perú, "se dan cuenta de que es un proceso que se construyó desde el mismo momento en que llega el presidente Castillo al Palacio presidencial, en donde se empieza a construir este golpe de Estado blando".En el caso del expresidente de Bolivia Evo Morales, Gámez señaló que su postura crítica sobre Perú se explica debido a que "también pasó por lo mismo, una destitución o un rompimiento, un golpe de Estado en realidad, también un golpe de Estado blando", por lo que Morales interpreta la crisis peruana como algo peligroso incluso para la propia democracia de América Latina.En contraste, Vidarte Arévalo explicó a este medio que hay dos formas de interpretar las respuestas de los mandatarios progresistas de la región. La primera, comentó, hace referencia a la democracia, a los derechos humanos, a la institucionalidad, etc. Entonces, lo que se vio fue un llamado a respetar la democracia y no una defensa de Castillo.El segundo tipo, refiere el experto de la PUCP, es el que trata de entender y hasta de justificar las decisiones de Pedro Castillo, las cuales, consideró, son injustificables. Así, para el experto, el presidente Andrés Manuel se encontraría en este sector. Si bien la lectura del mexicano no está del todo alejada de la realidad, explica Vidarte, sí es una interpretación parcial, puesto que soslaya aspectos como la poca transparencia del Gobierno de Castillo, las designaciones de personas muy corruptas o de poca experiencia política, así como los casos de corrupción que presuntamente defendió Castillo.Preocupación por la ruptura de los procesos constitucionalesPara Gámez Chávez, la postura de Gabriel Boric, presidente de Chile, es "muy legalista". Mientras que esa visión, dijo, tiene su antecedente en el caso del expresidente de Chile, Salvador Allende, "que nunca quiso romper la constitucionalidad, de ahí que le dieran el golpe de Estado tan fuerte y de la forma en que se lo dieron, cuando tenía a una cantidad importante de sus seguidores y parte de su alianza, de la unidad popular, diciéndole que lo que seguía era el rompimiento constitucional porque los otros ya lo habían roto con los primeros intentos, porque además hubo más de un intento de golpe de Estado".Incluso, el experto consideró que Gabriel Boric es uno de los presidentes progresistas con menos fuerza de la región, quien hasta podría verse en una circunstancia similar a la de Castillo. Esto porque, recordó, ni siquiera consiguió en un primer instante la aprobación de la nueva Constitución, la cual "mucha gente de América Latina, los propios chilenos, pensaban que iba a ser un proceso muy fácil, pero la derecha chilena desarrolló toda una estrategia, incluyendo la manipulación de los medios de comunicación", con lo que Boric "midió que en realidad no tiene tanta capacidad política".En ese sentido, para el experto en historia política de América Latina, las posturas de los mandatarios suramericanos se basan en el principio de "nosotros no vamos a hacer lo que hace la derecha, porque la derecha lo que hace todo el tiempo es romper la constitucionalidad y nosotros no somos así, somos diferentes".Sin embargo, aseguró que esos posicionamientos colocan a América Latina en un gran problema, pues lleva a los actores políticos a aceptar procesos de destitución como en el caso de Brasil, con la expresidenta Dilma Rousseff, entre 2015 y 2016, o el propio Lula, quien fue encarcelado en el 2018 tras ser declarado culpable por el delito de corrupción.De esa manera, explicó el historiador, dado que hay una derecha muy bien organizada, no solo en América Latina sino en el mundo, "cualquier posicionamiento que vaya más allá de un apoyo a un personaje como Pedro Castillo generará problemas internos".Por otro lado, para Vidarte Arévalo, el tema no es solamente una dinámica de izquierda o de derecha, sino de posiciones que son muy radicales, lo que explicaría la influencia que el partido español de derecha VOX, ha tenido en distintos países de la región.Finalmente, la afinidad política entre personajes como Andrés Manuel y Evo Morales con Pedro Castillo, también se explica por el origen de los mandatarios, de acuerdo con Gámez Chávez.
Tras la abrupta caída de Pedro Castillo, hoy expresidente de Perú, los Gobiernos de izquierda de la región —México, Argentina, Bolivia y Colombia— emitieron un comunicado conjunto en el que expresaron su "profunda preocupación" por la remoción y la detención de Castillo, a quien se dirigieron como presidente de la República del Perú.
A su vez, Chile, al darse a conocer la noticia, se limitó con "un llamado enfático a que se respeten los derechos humanos y las libertades fundamentales", sin comentar en sí la situación en el Perú. Por su parte, el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que "siempre hay que lamentar que un presidente elegido democráticamente tenga ese destino", pero que entiende "que todo caminó dentro de los moldes constitucionales".
Para entender la postura de los líderes latinoamericanos, Sputnik conversó con Javier Gámez Chávez, doctor en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), especialista en geopolítica e historia política de América Latina. Así como con Óscar Vidarte Arévalo, internacionalista y profesor asociado de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Xiomara Castro y López Obrador, una historia similar con Castillo
Para Gámez Chávez, los posicionamientos de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, y de Xiomara Castro, presidenta de Honduras, quien fue la única que calificó lo sucedido como un golpe de Estado, fueron los más directos debido a la historia política reciente de estos dos países, así como por su conocimiento del proceso en el Perú.
"No es una casualidad que, entre los países suramericanos, los países del Сono Sur, que son más desarrollados, pues nunca han volteado a ver al área andina. O sea, tienen menos conocimiento. De ahí que pase eso", explicó el doctor en Historia.
En el caso particular de Honduras, Gámez Chávez recordó que Xiomara Castro llegó al poder en 2022 tras un proceso muy complicado, que se remonta al golpe de Estado en contra del esposo de la mandataria, el expresidente Manuel Zelaya, perpetrado en junio de 2009 y que sumió al país centroamericano en una profunda crisis institucional. "Conocen esa oposición de derecha que utiliza todo lo que les puede dar el poder económico, pero también los medios de comunicación", reflexionó.
En cuanto al mandatario mexicano, el doctor en Historia detalló que este también ha sido víctima de esos procesos, en referencia al desafuero de 2005, cuando Andrés Manuel López Obrador fungía como jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, capital del país latinoamericano, y fue acusado de abuso de autoridad y de violar un amparo. Por esa razón, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) pidió el desafuero del tabasqueño para poder procesarlo penalmente.
Pero la capacidad política de López Obrador, aseguró Gámez, radica en la acumulación de fuerzas, no solo de izquierda, porque se trata de un Gobierno muy plural, que tiene la capacidad de movilizar, y la marcha del 27 de noviembre que unió más de un millón de personas demostró eso. "Yo quiero ver que Boric u otros de los presidentes de América Latina puedan realizar ese tipo de manifestaciones políticas", comentó.
En ese sentido, Gámez aseguró que tanto Castro como López, respecto a la situación en el Perú, "se dan cuenta de que es un proceso que se construyó desde el mismo momento en que llega el presidente Castillo al Palacio presidencial, en donde se empieza a construir este golpe de Estado blando".
"AMLO y Xiomara sí entienden que no es una cuestión de un error que tiene Pedro Castillo, de romper la constitucionalidad al ordenar la destitución de todo el poder legislativo. Sino que es una reacción al proceso que se venía conformado desde hace como 16 meses, desde que llegó el presidente Castillo a la presidencia, y entonces ellos se dan cuenta de eso y se atreven a decirlo también, porque reconocen que hay un presidente que viene de una elección y que su base social es también una base popular como la que, tanto a Xiomara como a Andrés Manuel, los llevó a tener la presidencia del país", precisó el miembro de la Red de Estudios sobre las Izquierdas en América Latina y el Caribe (REIAL).
En el caso del expresidente de Bolivia Evo Morales, Gámez señaló que su postura crítica sobre Perú se explica debido a que "también pasó por lo mismo, una destitución o un rompimiento, un golpe de Estado en realidad, también un golpe de Estado blando", por lo que Morales interpreta la crisis peruana como algo peligroso incluso para la propia democracia de América Latina.
Nuestra profunda preocupación por la crisis política que afecta a la hermana República del Perú. Pedimos que se respete la seguridad, el derecho a la vida y convivencia pacífica y democrática. Que se respete ante todo la Constitución y los más altos intereses del pueblo peruano.
En contraste, Vidarte Arévalo explicó a este medio que hay dos formas de interpretar las respuestas de los mandatarios progresistas de la región. La primera, comentó, hace referencia a la democracia, a los derechos humanos, a la institucionalidad, etc. Entonces, lo que se vio fue un llamado a respetar la democracia y no una defensa de Castillo.
"Hay un señalamiento respecto a la importancia de mantener la institucionalidad y en contra de cualquier escenario donde se violente la democracia y, en mayor o menor medida, ese primer tipo de respuesta lo hemos visto en Gobiernos tanto de derecha como de izquierda", explicó el internacionalista.
El gobierno de Boric 🇨🇱 y el futuro presidente de 🇧🇷 Lula, representantes de la izquierda regional, han reconocido al nuevo gobierno peruano de Dina Boluarte. Para variar, la existencia de varias izquierdas en América Latina, algunas más democráticas que otras.
El segundo tipo, refiere el experto de la PUCP, es el que trata de entender y hasta de justificar las decisiones de Pedro Castillo, las cuales, consideró, son injustificables. Así, para el experto, el presidente Andrés Manuel se encontraría en este sector. Si bien la lectura del mexicano no está del todo alejada de la realidad, explica Vidarte, sí es una interpretación parcial, puesto que soslaya aspectos como la poca transparencia del Gobierno de Castillo, las designaciones de personas muy corruptas o de poca experiencia política, así como los casos de corrupción que presuntamente defendió Castillo.
"Es cierto que un sector de la oposición, que bien podríamos llamarla golpista, desde un inicio no reconoció a Castillo e hizo todo lo posible por sacarlo del poder. Pero [Andrés Manuel] no hace referencia al uso de unas herramientas constitucionales de manera arbitraria, o el intento de cerrar el Congreso, lo que finalmente se expresó en este intento de golpe de Estado", apuntó el experto.
Preocupación por la ruptura de los procesos constitucionales
Para Gámez Chávez, la postura de Gabriel Boric, presidente de Chile, es "muy legalista". Mientras que esa visión, dijo, tiene su antecedente en el caso del expresidente de Chile, Salvador Allende, "que nunca quiso romper la constitucionalidad, de ahí que le dieran el golpe de Estado tan fuerte y de la forma en que se lo dieron, cuando tenía a una cantidad importante de sus seguidores y parte de su alianza, de la unidad popular, diciéndole que lo que seguía era el rompimiento constitucional porque los otros ya lo habían roto con los primeros intentos, porque además hubo más de un intento de golpe de Estado".
Incluso, el experto consideró que Gabriel Boric es uno de los presidentes progresistas con menos fuerza de la región, quien hasta podría verse en una circunstancia similar a la de Castillo. Esto porque, recordó, ni siquiera consiguió en un primer instante la aprobación de la nueva Constitución, la cual "mucha gente de América Latina, los propios chilenos, pensaban que iba a ser un proceso muy fácil, pero la derecha chilena desarrolló toda una estrategia, incluyendo la manipulación de los medios de comunicación", con lo que Boric "midió que en realidad no tiene tanta capacidad política".
En ese sentido, para el experto en historia política de América Latina, las posturas de los mandatarios suramericanos se basan en el principio de "nosotros no vamos a hacer lo que hace la derecha, porque la derecha lo que hace todo el tiempo es romper la constitucionalidad y nosotros no somos así, somos diferentes".
Sin embargo, aseguró que esos posicionamientos colocan a América Latina en un gran problema, pues lleva a los actores políticos a aceptar procesos de destitución como en el caso de Brasil, con la expresidenta Dilma Rousseff, entre 2015 y 2016, o el propio Lula, quien fue encarcelado en el 2018 tras ser declarado culpable por el delito de corrupción.
"El caso de Lula es completamente diferente y se puede explicar porque él acepta el mandato y las leyes, o sea, acepta el pacto constitucional brasileño. Tanto lo acepta que, cuando lo acusan de algo que ni siquiera se pudo comprobar, pero que finalmente lo llevó a prisión, acepta el mandato de un juez de que lo apresen", expresó Gámez.
De esa manera, explicó el historiador, dado que hay una derecha muy bien organizada, no solo en América Latina sino en el mundo, "cualquier posicionamiento que vaya más allá de un apoyo a un personaje como Pedro Castillo generará problemas internos".
Por otro lado, para Vidarte Arévalo, el tema no es solamente una dinámica de izquierda o de derecha, sino de posiciones que son muy radicales, lo que explicaría la influencia que el partido español de derecha VOX, ha tenido en distintos países de la región.
"Entonces, estamos viendo cómo este discurso de la derecha, pero también un discurso de izquierda, termina siendo bastante intolerante y termina, básicamente, tratando de preservar aliados", aseveró.
Finalmente, la afinidad política entre personajes como Andrés Manuel y Evo Morales con Pedro Castillo, también se explica por el origen de los mandatarios, de acuerdo con Gámez Chávez.
"O sea, Evo es un campesino indígena cocalero, de una región fuera de lo que es el centro político de la Paz. Castillo, pues viene de una región campesina, donde pudo ser un dirigente del magisterio, no tiene mucho que ver con las clases políticas de Lima. Y López Obrador es muy parecido, viene de una zona que políticamente tampoco ha tenido, o tiene importancia en la construcción del Estado mexicano. Más bien es el centro del país donde se construyó esta clase política", precisó el historiador.
No te pierdas las noticias más importantes
Suscríbete a nuestros canales de Telegram a través de estosenlaces.
Ya que la aplicación Sputnik está bloqueada en el extranjero, en este enlace puedes descargarla e instalarla en tu dispositivo móvil (¡solo para Android!).
El acceso al chat ha sido bloqueado por violación de las reglas.
Usted puede volver a participar dentro de∞.
Si no está de acuerdo con el bloqueo, utilice el formulario de contacto>
La discusión ha sido cerrada. Se puede participar en una discusión durante 24 horas después de la publicación de la noticia.