Ciudad de México, 4 de febrero, RIA Novosti. Los "Habanos Obama" - nueva marca que una tabacalera nicaragüense llamó en honor al primer presidente afroamericano de EEUU - se convirtieron en un exitazo de ventas en el mercado estadounidense, constata hoy la prensa mexicana.
Mike Ramírez, uno de los propietarios de la distribuidora Granada 1524 Cigars Inc., reveló que su empresa vende más de 10.000 habanos al mes sólo en EEUU. Con la fuerte competencia que hay en el mercado internacional de los puros, nadie se esperaba que el nuevo producto tuviese tanto éxito, confesó.
La idea de producir "Habanos Obama" surgió en julio pasado, en el fragor de la campaña electoral en EEUU, y la apuesta por la victoria del candidato demócrata resultó acertada.
La compañía nicaragüense Segovia Cigars fabrica estos puros en Estelí, al norte de Managua, en una zona que se considera ideal para el cultivo del tabaco. El gerente de la planta dijo que las mezclas usadas en "Habanos Obama" son "suaves y novedosas", como la política de cambio que promueve el 44º presidente de EEUU.
Los flamantes puros arrasan con las ventas en California, Texas, Nueva York y Florida, de modo que la distribuidora ya se propone lanzar la nueva marca en los mercados de Europa y Asia.
Antes de Obama, el premier británico Winston Churchill fue el único político cuyo nombre quedó perpetuado en la industria tabacalera. Churchill generó la adicción a los puros en Cuba, durante la guerra de independencia de 1895-1898. Era un fumador empedernido y creía que un buen habano es tributo tan necesario a las leyes de la sociedad como saber leer en francés o ir al hipódromo. La marca cubana de puros Churchill es conocida en el mundo entero.
A diferencia de Churchill, el nuevo presidente de EEUU difícilmente podrá probar los habanos que llevan su nombre. Barack Obama dejó de fumar tras tomar posesión del cargo, el pasado 20 de enero. La "obamamanía", entretanto, se extiende a los más diversos sectores, empezando con la industria de helados y terminando con la del jabón, así que la Casa Blanca ya se propone controlar cómo se usa el nombre del jefe de Estado.